Los usos tradicionales de las impresoras 3D son muy conocidos, como la fabricación de prototipos, piezas de repuesto o modelos conceptuales. Sin embargo, hay nuevas áreas donde esta tecnología podría impactar positivamente a la humanidad. Hoy hablaremos de sus usos en la impresión de alimentos.
Pero antes de preguntarnos cómo se hace, es importante entender el por qué. La gran mayoría de personas no necesitan un nuevo tipo de alimento ya que los que tenemos en la actualidad son más que suficientes. Tenemos una infinidad de fuentes de donde podemos sacar los nutrientes esenciales, como la fibra, la proteína o los carbohidratos. Sin embargo, en la población de adultos mayores el consumo de alimentos se torna más complicado.
Uno de los problemas que más afectan a las personas de 65 años a más es la disfagia. Esta condición genera una dificultad para tragar alimentos o líquidos y llevarlos al estómago. En las peores instancias, pasar la comida se vuelve imposible. Además, muchos adultos mayores empiezan a perder el apetito y desarrollan enfermedades relacionadas a la dieta. Esto crea, como consecuencia, una preferencia a alimentos fáciles de consumir, sin importar que estos sean saludables o no. Para ellos, la impresión de alimentos podría ser la clave para mantener una excelente nutrición por mucho tiempo.
Impresión de hamburguesas
En términos simples, estas comidas impresas en 3D buscan crear una textura amigable que a la vez tenga una buena calibración entre azúcar, sales y grasas. Esto se logra a través de la extrusión de insumos previamente procesados. Este, naturalmente, es un punto de debate entre la comunidad, ya que las comidas que se preparen deben contar siempre con los mejores alimentos. Lo que se quiere evitar es la disminución de la calidad de nuestros platos al utilizar estos alimentos.
En la actualidad esta tecnología enfrenta el problema de escalabilidad. Aún no es posible atender todas las demandas entre adultos mayores, pero se espera que con la creciente adopción de las impresoras 3D sea común encontrar unas disponibles en la gran mayoría de establecimientos de cuidado.
Muchos agentes en esta industria esperan a futuro poder crear los mismos resultados en los alimentos para niños. Si bien puede ser complicado conseguir que los niños entre 1 y 12 años desarrollen una buena alimentación, con la comida impresa en 3D se podrían crear opciones que resulten atractivas y divertidas para los chicos. Esta opción aún se está desarrollando, y también tiene mucho debate al respecto, pero nos indica igual una clara tendencia hacia la nutrición personalizada.
Impresión 3D de chocolate
Dicho concepto podría tener un eventual uso muy común en distintas áreas. Por ejemplo, sería una gran adición para hospitales donde ciertos pacientes requieran de dietas específicas para cuidar su salud. Con los avances en registros e historiales médicos, las impresoras podrían crear alimentos diseñados tomando en cuenta a cada paciente, optimizando enormemente la satisfacción de nutrientes que sus cuerpos requieren.
Aún mucho está por verse, pero todo parece apuntar a que la impresión 3D seguirá jugando roles importantes dentro de las vidas humanas en un futuro cercano.