Es seguro afirmar que la animación 2D revolucionó el entretenimiento audiovisual, con gigantes como Walt Disney, quienes construyeron todo un imperio alrededor de esta técnica y sus personajes originales. Desde dibujos en los años 20 hasta los más recientes animes, la animación vino para quedarse.

El arte de animar es el arte de crear movimiento, muchas veces descartando una moción más realista por una más “artística”, donde se apunta por un movimiento fluido que comunique la personalidad y el estilo de cada objeto o personaje. Dominarla requiere de mucho estudio, práctica y paciencia.

Por suerte, esta disciplina experimenta constantes avances tecnológicos cada año, especialmente en la animación 3D, donde cada vez vemos modelos e iluminaciones más realistas. El trabajo técnico se va aligerando con los años, dándole la oportunidad a artistas de concentrarse solamente en las ideas y la estética. Y lo mejor de todo es que estos beneficios no sólo aplican en el mundo digital. En la animación física conocida como stop-motion también hemos visto grandes avances gracias a la impresión 3D, y eso es lo que exploraremos en este artículo.

 

La animación física

La animación física tiene sus inicios en el siglo XXIX, con pioneros como el francés Emile Reynaud, quienes experimentaron con secuencias de fotos de objetos inanimados, cambiando la iluminación y posición de ellos para crear la ilusión de movimiento. Esta tecnología, si bien es antigua, sigue siendo vigente hoy en día, con películas como Isle of Dogs o Kubo and the Two Strings haciendo uso del stop-motion y recibiendo premios de la crítica.

El sentimiento que causa ver una animación en stop motion tiene una particularidad que no encontramos en el mundo 3D, y que sigue cautivando a audiencias alrededor del mundo.

 

Animación Física en el siglo XXIX

 

Técnicas en la animación física

Hacer una animación casera es muy simple: sólo se necesita una cámara y un objeto que se pueda manipular. Sin embargo, las películas más ambiciosas usan todo el arsenal tecnológico que la industria cinematográfica les puede brindar. Hablamos de cámaras montadas, pantallas verdes, luz controlada por computadoras, software especializado y un gran trabajo de post-procesado.

Para crear los personajes que serán animados es necesario contar con modelos versátiles, varios con piezas intercambiables, para poder alternar expresiones y posturas durante escenas. Es en este punto donde la impresión 3D empieza a mostrar sus beneficios. Con esta tecnología es tan sencillo como modelar en softwares 3D todas las variantes de un personaje y mandarlas a imprimir. Y en caso alguna parte se vea dañada durante la producción, su repuesto siempre estará a una impresión de distancia.

 

Impresión 3D de modelos para la pelicula de Iron Man

 

Una vez creado el personaje, la escena, y los elementos de esta, se procede con la animación. El proceso se basa en tomar fotos de cada cuadro, el cual se manipula manualmente para lograr la moción deseada. Una vez se tenga todo este material, se procede a compilarlo y animarlo en softwares especializados en stop motion.

Los softwares disponibles cubren toda la gama de accesibilidad. Por ejemplo, si le interesa el stop motion, hay programas como Boats Animator, los cuales son muy completos y open-source. Mientras que, si está buscando algo más profesional, softwares tipo Dragonframe ofrecen funcionalidades de alto nivel con una licencia de $300.

 

Peliculas Stop Motion que usaron impresión 3D

Si quieren ver el potencial que tiene la impresión 3D en las manos de estudios especializados en películas stop motion, les recomendamos esta lista de films aclamados por la crítica:

1) Coraline (2009) – Producido por Laika

2) ParaNorman (2012) – Producido por Laika

3) The Pirates! In an Adventure with Scientists! – Producido por Aardman Animations

4) The Boxtrolls (2014) – Producido por Laika

5) Anomalisa (2015) – Producido por Charlie Kaufman y Duke Johnson

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